La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció que gracias a las remesas, los países medios y bajos son fortalecidos y disminuyen escenarios adversos.
La ONU indica que los países de origen reconocen el incremento de la migración y no lo ven como un problema sino que la reconocen como parte de sus estrategias de reducción de pobreza.
Dichas estrategias constan en el proteger y fortalecer a sus ciudadanos cuando estos deciden buscar una mejor oportunidad en el extranjero; mientras que los países remesadores están promoviendo el papel de las comunidades crecientes con el fin de apoyar el desarrollo en los países de origen de migrantes. Esto lo podemos poner en duda pues actualmente se busca la restricción de la entrada de migrantes en algunos países.
La organización indica que la economía mundial aún resiente los efectos de la crisis del 2008, donde no solo se vieron afectados los 240 millones de migrantes internacionales sino que también los nativos.
Durante el Foro Mundial de Migración y Desarrollo, se enfatizó que los migrantes han probado ser un activo para los países de destino al contribuir no solo con actitud laboral sino también empresarial, sin embargo, los problemas de discriminación y xenofobia también forman un papel importante en dicho ámbito.
En general, la ONU está a favor de la entrada de divisas por concepto de remesas, pues esto genera movilidad de las personas, reduce los desequilibrios del mercado laboral, promueven el intercambio de los conocimientos y la capacitación de las generaciones más jóvenes.